Un jueves por la tarde en el burdel

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Traducción: Adriana Zaborojsky

Este texto es una parte del diario del año 2005,cuando Huschke Mau aún no se llamaba así sino Svenja o Charlotte o CualquierOtraNombre y pasaba su tiempo sentada en un burdel.

 

¿Por qué estaba ayer derrumbada, totalmente hundida y vencida?

Quizás ya no puedo seguir con este trabajo, quizás no puedo soportar más que exista este sistema tramposo en el que hombres viejos y babosos se follen jovencitas. Si, así las preparan – pues igual que antes las jóvenes “rotas” o en “desgracia” eran entregadas a la prostitución (una práctica común en la edad media- y posteriormente también- una vez deshonradas ya no hay nada más que hacer)-. Así es que las hijas que son violadas por sus padres, hermanos, abuelos, tíos como consecuencia entran en la prostitución, donde seguirán siendo tratadas como basura, criminalizadas, discriminadas y abusadas.

En mi situación, de la que una parte de la culpa se la doy al estado, para el que no es necesario darle una oportunidad a niñas abusadas, maltratadas y “asociales”. Al menos una segunda oportunidad ya que las condiciones iniciales de aquellos niños, unas condiciones de mierda, ya no pueden cambiarse. En esta situación, de cualquier manera, ganan tanto los hombres como los sistemas patriarcales: mis puteros, mi proxeneta y el estado alemán. Yo fui usada por la sociedad y expulsada de ella como si hubiera sido mi culpa haber sido maltratada. Ahora estoy fuera de ella y cualquiera puede hacer lo que le venga en gana conmigo. Parece que el que quiera puede follarme solamente con que quiera hacerlo. Bueno, ya no cualquiera, sólo los que pagan y lo mejor sería que pusiera a su disposición todos los orificios de mi cuerpo. De esto se lucran los señores de la oficina de impuestos, ¿no?, aparte del proxeneta que gracias a que me follan tiene su enorme casa, su jeep, su mercedes y además puede follarme gratis cuando tenga ganas, ¿por qué no?. Sólo hay que ver cómo trata a mi compañera que no puede decir que no sin que haya follón.

El putero también recibe bastante, mucho más de lo que en realidad debería, pero, ¡por dios!, es que ¿hay algo que uno no pueda hacer con una que chupa tantas pollas?, con una que, desde la lógica del putero, está “caliente” todo el día, por lo cual también habría que castigarla. “Probablemente lo que una de esas necesita es que la sacien de verdad”.

Exactamente eso es lo que nosotras fingimos diariamente para vosotros porque de las putas que no quieren hacer lo que vosotros queréis son de las que os quejáis diariamente con nosotras. O somos una de las malas (que no merecen nada) o nos hablan de las odiseas que habéis pasado por todos los burdeles con todas esas horribles jovencitas que no pudieron follar de verdad y nos arrancan un “halago”; “es tan doloroso… no puedes ni imaginártelo”.

En primer lugar, no hacemos lo suficiente y os decepcionamos: ¿Qué, que no haces francés completo? Pero, si eso es desde hace tiempo lo estándar. Ay no, así con condón no siento nada y tu no te quedas con nada adentro (qué tengo que hacer, pienso, ¿es que de verdad me tienen que dejar algo en la boca?, ¿en serio cree que me gusta tener esperma de desconocidos o una polla sin lavar en la boca? Mejor un condón, ¿no?) y a ti te gusta tragártelo, ¿cierto?, es lo que toca, y, ¿qué?, ¿anal no?. ¿Por qué no?, puede ser divertido, seguro que no lo has probado (si, quizás para VOSOTROS es divertido y no, no quiero probarlo, quizás para alguien de talla XS, como yo, duele. No lo habéis pensado, ¿cierto?). Pero un NO no es un no: “pero si no se puede anal por lo menos puedo jugar un ratito por ahí, ¿no?. Y entonces simplemente hacen lo que les da la gana e intentan meterte el dedo por el culo. Y así siguen las discusiones: “qué es esto, ¿los besos no son lo normal en el negocio?, yo no lo sabía, y, ¿por qué?, no lo entiendo” (Claro, porque no reclamáis lo último que nos queda, ya que la mayor parte ya la habéis tomado?). “Uno tiene que besar cuando folla. Oye, ¿puedo correrme en tu barriga, en tus tetas, en tu cara, en tu coño?, ¿qué? ¿no?, pero ¿por qué?, si así no te embarazas y yo estoy saludable como puedes ver” (si, estas afirmaciones las escucho todo el tiempo) y además: “ven, sólo te sobo el coño un poco con mi polla, así no pasa nada, es que si no es todo un poco impersonal, sin sentimientos”.

Y así se pasan el día alegremente intentando sobrepasar los límites. Si he aprendido algo al tener que “ampliar” mi “servicio” para poder ganar algo y no morirme de hambre fue que NUNCA ES SUFICIENTE para ellos. El “servicio” nunca es suficiente. Das una mamada y te lo tragas, ofreces besos y entonces quieren meterte el puño, después de un violento sexo anal eyacular en tu cara y estrangularte. Ofreces esto y luego quieren mear en tu boca, que les lamas el ano y hacerte un garganta profunda al borde de la asfixia o de vomitar.

Aparte de que pueden introducirme vibradores y penes, lo cual es lo más popular, y les parece divertido, no hace falta usar un lubricante o humedecer o siquiera preguntar porque de todas maneras yo estoy “caliente” todo el día. Al final le sigo la corriente y hago como si hubiera estado siempre esperando alguien como él. Esto significa entonces que eso era lo que yo quería, después de todo me comporté como un animal, en parte por el dolor tanto físico como psicológico.

Y lo que se quejan! Por dios, si es que de verdad lo tienen difícil en la vida. En primer lugar tienen que buscar hasta encontrar una chica que puedan dejar sin que se “insubordine” (que le dé por rechazar prácticas sexuales o por poner límites). Lo mejor es que siempre esté “caliente” como perra en celo, que lo tenga estrecho y por supuesto que sea guapa, si no, no dan ganas de violarla, si no no es elegible. Y mientras allí afuera los puteros ni se dejan ver el culo, les parece que mis tetas son muy pequeñas, no les parece bien mi “francés” con condón, no tengo el color de pelo correcto o a saber qué más. Algunas veces ni siquiera les parece que me veo lo suficientemente “alemana”.
Y si finalmente se “dignan” a follarme (eso es lo que ellos piensan), entonces quieren el programa completo, el cliente es el rey, “¿y cuándo será que llega una que me atienda de verdad verdad?”. Escucho cosas como: “yo soy realmente muy bueno en la cama, ¿verdad?. Para ser honestos yo debería recibir dinero por esto” o “venga, que no estoy tan feo, podemos hacerlo por 80 no más, ¿cierto?.

Pero lo más humillante ha sido y sigue siendo tener que fingir un orgasmo. Somos putas de mierda y no nos merecemos otra cosa, pero todos nos necesitan para meternos su puta polla y lucrarse de nosotras. Ese es el culmen del capitalismo, creo yo.

Y luego quieren irse rapidito pues ya se han corrido y se quejan un rato: “para nosotros también es difícil esto, es complicado, pero que voy a hacer, ¡mi mujer no es tan abierta!”.  Un pequeño baño en autocompasión, una simuladita corta de remordimiento, una palmadita en el culo y “hasta pronto”. Una gran película de cine. Ese es el precio que se paga para que exista una institución como la prostitución y esto hay que decirlo claramente, los puteros lo pagan con gusto pues es un precio muy bajo, más bajo que lo que valemos las putas.

Suficiente del tema. Hoy no podría recibir ni un “cliente” más, me dolería demasiado. Admitir todo esto y hacerlo público se siente como morir. Aunque es liberador de alguna manera, el miedo al lunes ha regresado, ese miedo a no poder ser vulnerable, a tener que mirar hacia otro lado porque sé que es una violación y que lo que viene será también el asesinato de mi propia alma.

13 de enero de 2005, Huschke Mau.